y cómo te diste cuenta que eras huachichil?" es una pregunta válida, como todas.
Cuando me hicieron la pregunta fue que comprendi que lo era. No necesité una tesis previa, ni un arduo trabajo de campo, digo, uno no estudia antropología para autodeterminarse,
sin embargo, termina como conclusión lógica, como conocimiento deductivo que renueva las células.
en la práctica, llevaba años expulsando al sistema de mi día a día. Incluso había logrado promover y consumir solo productos locales, y por lo tanto, "eco friendly", sólo que ahí no terminaba la cosa, ni empezaba.
Sí en mucho debo mi conexión con mi espíritu y el de la madre tierra a Oaxaca. Ese hermoso país espejo de obsidiana te muestra quien eres, pues antes de eso, el espejo del desierto que me vio nacer, me había situado en la pregunta "quién soy?".
También llevaba ventaja cuestionando realidades sistemáticas de la cultura occidental citadina que me adoctrino hasta la mayoría de edad. Haber crecido de lado de mi padre y no de mi madre me había desvelado ya muchos misterios del deber ser.
Y para los 26 años que tenía cuando me nombré coahuilteca ya estaba demasiado claro, no sólo mi raíz es coachichil, sino que además, le debía en mucho honrar a mis abuelas directas y a su pertenecer coahuilense.
Mi abuela materna nunca dudó en compartir que fue la primera mujer en ejido nuevo león, allá en la laguna coahuilense, en montar un caballo. Y eso me llenaba de orgullo los pulmones, de aventura el corazón, y de desafío la razón.
Mi madre, por su lado, de convencional tenía nada, pues según mi propia estadística, no había conocido a nadie más que no conociera a su madre. Por otra parte, mi papá, tampoco era el más convencional, pues de acuerdo a mis mismos números,
hasta mi segundo intento de cursar una licenciatura conocí a otro hombre responsable de su familia...
Y hasta aquí se han de preguntar "y qué es ser huachichil?", pues parece que no es una herencia, pues todos la reclamarían.
Tampoco es un tesoro, pues esos se esconden, ni mucho menos una carga, ya que para mí es un gozo.
Para mí es un gozo ponerme en contacto con la tierra, con el agua, con el fuego, y sobre todo, con el viento.
El viento ha soplado y me ha atraído a la niebla. De niña jugaba a ver el futuro, mi futuro, y cuando me lo preguntaba, veía niebla. Antes no entendía lo que ahora veo al ver neblina, me angustiaba ver "borroso", ahora lo celebro.
Celebro que el viento me alla traído esa niebla, pues me protege, me abraza y me acaricia. Me mueve, me hidrata y me muestra, pues en la neblina, sólo se ve lo que sí eres, no lo que aparentas, ni lo que te gustaría ser...
Y qué soy? pues soy un ser consciente que soy los demás. Soy un ser consciente de que la violencia es creada por el poder para implantarse, desarrollarse, monopolizarse y esclavizar-traficar humanes. Soy un ser consciente y respetuoso de la sacralidad de todo lo que es y que existe, así como de su libre albedrío.
Soy un ser libre de ataduras occidentales, o en proceso de liberación. Soy un ser medicina, descolonizada medicina. Soy un ser que se busca y que se encuentra. Soy un ser que es uno con la tierra que pisa, con el fuego que arde y con el agua que fluye.
Soy un ser que no esconde su libertad, ni su responsabilidad, y por eso no sólo no estoy marcada por la bestia alópata, sino que luzco mi sonrisa entendiendo que el "cubre bocas" no cubre bocas, sino mentes.
Soy un ser que es no sólo él, sino que soy nos otros. Soy un ser que es por decision, no por obligacion ni mucho menos por inanición.
SOY SEMILLA, SOY RAÍZ, SOY SERPIENTE, SOY ÁGUILA, SOY FLOR, SOY PEDERNAL, SOY MONTAÑA Y SOY VALLE, SOY COAHUILTECA COAHCHICHIL, Y LO SERÉ INCLUSO DEJANDO DE SER!